Orígenes

por Erik Aberg

La historia de la manipulación de objetos se funde obviamente con la del ser humano, e incluso la supera, puesto que algunos animales, como por ejemplo los grandes primates, saben manipular objetos. Es posible definir por medio de reducciones sucesivas, el campo de esta noción del tipo “cajón de sastre”. Se presenta como manipulación “transparente” en oposición a la manipulación “opaca”, oculta de la magia. Se designa como “virtuosa” y “con finalidad espectacular y/o artística”, lo que equivale a excluir algunos gestos expertos, como el lanzamiento de los pescadores con esparavel, de los cazadores con bumerán, la manipulación de la masa de pizza o los “malabares” de los campeones de fútbol.

Y en las categorías artísticas, debemos también excluir a la marioneta, al juego instrumental de los músicos, y estas manipulaciones, aunque desviadas de su primera función, podrían provenir también del malabarismo. Finalmente, para que la palabra corresponda lo mejor posible al sentido, incluso un poco fluctuante, que los artistas del circo le dan hoy en día al malabarismo, debemos aún distinguirla de los malabares, es decir, de la manipulación estrictamente periódica de objetos lanzados y recuperados. La manipulación de objetos, que siempre ha sido mayoritaria en relación a los malabares, no es periódica. Puede implicar un lanzamiento, el del diábolo, por ejemplo, o no, en el caso del yoyó o del malabarismo de contacto. Puede utilizar un objeto de una sola pieza, un lazo, o de varias partes, como un bastón del diablo, o varios objetos tales como cajas de cigarros o mazas de swinging.

Puede dividirse en familias de movimiento, por ejemplo, según si el contacto entre la mano y el objeto es constante o interrumpido. Pero debemos reconocer que hoy como ayer, no existe una clasificación satisfactoria de las prácticas, que sea comúnmente compartida. Existirían incluso tantas formas de manipulaciones como tipos de objeto. Ahora bien, ¡estos se cuentan por centenares! Basta con referirse al Dictionnaire de la jonglerie de Dominique Denis: de las alfombras de muñecas pasando por las velas, los paraguas o las hoces, los malabaristas siempre han manipulado los objetos más improbables y continúan, de hecho, inventando nuevos objetos, nuevas materias, implicando nuevos gestos. No obstante, un reducido número de tipos de elementos y ciertas prácticas estándares forman un “repertorio común”, generalmente bastante antiguo. A este le dedicaremos las siguientes

En la Edad Media, el equilibrio, considerado entonces en un sentido malabarístico limitado de “mantenimiento de un objeto en equilibrio” sobre un cuerpo o sobre otro objeto, formaba generalmente parte del repertorio de los “malabaristas”, es decir de artistas y saltimbanquis que actuaban en las ferias y de los “juglares” que ejercían en los castillos. Existen en la iconografía medieval, ejercicios de equilibrio con armas e incluso con ruedas de carruaje. Esta forma fundamental de manipulación atravesó la historia: estuvo particularmente en boga entre los años 1820 y 1920, antes de que los malabaristas hagan hincapié, después de Rastelli, en el malabarismo balístico.

Un desarrollo inesperado del equilibrio surgió a principios de los años 1980: se trató del malabarismo de contacto inventado por el norteamericano Michael Moschen, que consistía en hacer rodar las bolas en distintas partes del cuerpo controlando el estadio fijo y la circulación. Moschen integró, en particular, las técnicas de aislacionismo provenientes del mimo. No denominó a su trabajo malabarismo de contacto. Esta denominación fue tomada del libro de James Ernest que describió el trabajo de Moschen sin su acuerdo. También, en lugar de utilizar los objetos estándares (bolas, aros, mazas, cajas, sombreros, etc.), Michael Moschen trabajó nuevas formas abstractas y geométricas tales como pirámides, cubos, bastones, círculos, eses, renovando así profundamente la estética del malabarismo.

Las obras de Michael Moschen fueron copiadas muy a menudo, por no decir plagiadas. La forma en S, en particular, fue retomada bajo el nombre de Buugeng. Hacia 2010, el Renegadesignlab introdujo una nueva forma en el mundo del malabarismo, el anillo con forma de 8, que la comunidad de los malabaristas de contacto adoptó rápidamente.

Una influencia asiática duradera

A partir de 1820 con la llegada a Europa de los primeros artistas asiáticos, y durante un siglo, el malabarismo se basaría en el equilibrio y la manipulación no periódica. Grabados de principio del siglo XIX ilustran malabaristas indios o chinos haciendo girar aros de metal sobre los dedos del pie, manteniendo al mismo tiempo en equilibrio sobre la frente una varilla o una pluma de pavo real. Los japoneses introdujeron los accesorios identificados como el bastón del diablo y el diábolo. Los bloques de madera que hoy en día llamamos cajas de cigarros también provienen de Japón, pero se dieron a conocer de manera más tardía (1870-1880).
El diábolo, nació en China bajo la dinastía Han (206 a. C.- 220 d.C.) se lo llamaba entonces  Kouen-gen, que significa “que hace silbar el bambú hueco”. Llegó a Europa bajo el nombre de cono volador tras una expedición llevada a cabo por Lord George Earl Macartney en 1794. En las primeras décadas del siglo XIX, cuando los artistas indios llegaron a Europa, el diábolo y el bastón del diablo ya formaban parte de su repertorio. Se hablaba entonces de campanas chinas y bastón chino. Pero fueron los nombres occidentalizados que finalmente se impusieron: diábolo, del griego “Dia – ballo” que significa “lanzar a través de”, fue retenido para el accesorio con cuerda y el bastón tomó el nombre del bastón del diablo. En 1905, el inventor francés Gustave Phillipart fabricó los primeros diábolos de metal a partir de dos vasos cuyos bordes afilados estaban recubiertos por caucho recuperado de viejos neumáticos. El artista alemán Mac Sovereign le brindaría homenaje al diábolo.

El objeto que los malabaristas actuales denominan caja de cigarros nació en Japón donde se lo utilizaba para demostraciones de equilibrio con bloques de madera. Uno de los primeros europeos que añadió estos bloques de madera a su repertorio fue el francés Félicien Trewey. Su notoriedad fue tal que los accesorios fueron llamados “bloques de Trewey”. En los años 1890, un artista norteamericano del nombre de Jim Harrigan comenzó a utilizarlos a su vez en un acto donde interpretaba a un vagabundo. Para darle veracidad a su historia, transformó los bloques de madera en… cajas de cigarros. El nombre permaneció.

La varilla de boca proviene de los malabaristas japoneses de daikagura. Originariamente, se presentaba como un simple palillo de tambor sujetado entre los dientes o en equilibrio sobre la cara. La varilla de boca tomó una forma especial para facilitar su prensión por los dientes. Uno de los trucos realizados en los rituales de daikagura consistía en mantener una bola en equilibrio sobre la punta de un palillo sujetado con la boca. Otra varilla era colocada en la frente de manera oblicua hacia la bola. Al inclinar lentamente la cabeza hacia adelante, el malabarista podía entonces hacer pasar la bola del palillo que sostenía entre los dientes a la varilla en equilibrio.

Uno de los primeros artistas que actuó en Europa con este tipo de malabarismo fue Awata Katsunoshin hacia 1885. Otros lo seguirán, tales como Ichimatsu, Gintaro Nizihuru y Takashima, que inspiraron a Enrico Rastelli. Este último concibió, en particular, un truco sensacional, que consistía en lanzarle al público pelotas de goma que aquel le devolvía y que él recuperaba por medio de la varilla que sujetaba con la boca. Muchos malabaristas copiarían este acto, que se volvió muy usual de 1930 a 1950.

El origen de los platos chinos es desconocido, pero se menciona su existencia a partir de la Edad Media. Hace 2000 años, bajo la dinastía china Han, figuraban en la Teoría de los Cien entretenimientos, en el año 108 antes de nuestra era. A partir del nacimiento del circo moderno, el arte de hacer girar un plato en la punta de una varilla constituyó uno de los ejercicios de malabarismo efectuado sobre el lomo de un caballo. A principios del siglo XX, el truco de los platos entró en la composición de numerosos actos. Un malabarista podía por ejemplo hacer girar un plato con una mano, haciendo juegos de malabares con la otra mano con un plato y un taco de billar, manteniendo al mismo tiempo una botella en equilibrio sobre su frente.
El Alemán Barny inventó el acto de los platos voladores, clásico hoy en día, que consistía en hacer girar al mismo tiempo varios platos en equilibrio sobre varillas fijadas sobre un soporte. El artista impulsaba la rotación de los platos. Cuando se encontraban todos en movimiento, desviaba la atención realizando otro truco, como lanzar con la muñeca una serie de cucharas que caían dentro de vasos colocados en fila sobre una bandeja. Una vez el ejercicio realizado, regresaba hacia los platos rápidamente para recuperarlos o relanzarlos antes que el movimiento se hubiera detenido.

Otros objetos estándares

Enrico Rastelli fue el primer malabarista en usar pelotas de goma. “No hacia malabarismo” con las pelotas sino que las mantenía en equilibrio sobre varillas, sobre los dedos o la cabeza. En su estela, Angelo Picinelli, otro malabarista italiano complicó el dispositivo: colocaba una pelota en equilibrio sobre un pedestal montado sobre su frente y un aro alrededor de una pierna, mientras que hacia juegos de malabares con tres aros con una mano y al mismo tiempo hacía girar una pelota sobre el índice de la otra mano. Este número de pelotas se volvió muy usual en los años 1930-1940, con numerosas variantes.
La maza o quilla, se utiliza hoy en día, principalmente en el malabarismo periódico. Pero se presta a distintos tipos de manipulaciones no periódicas, balística en el marco de la gimnasia rítmica y deportiva, gráfica con el swinging, cuando la mano no suelta la maza, e incluso en malabarismo de contacto, como fue el caso por ejemplo de Gaëlle Bisellach-Roig. La manipulación en swing conoció un primer desarrollo con las bolas luminosas o incandescentes, al ritmo de una bola en cada mano. Luego dio nacimiento al poï, muy popular en los años 1990 y en constante evolución. Al principio, se trataba de una cadena con una mecha encendida en su extremidad. Con el desarrollo de los accesorios LED, los poïs se perfeccionaron y en 2007, Ronan McLoughlin, ayudado por Declan Mee, creó una nueva versión susceptible de ser utilizada en el escenario sin fuego ni luz. Se trataba de una cuerda que llevaba una bola de escenario en una extremidad y la empuñadura de una maza en la otra.

El primero en haberse destacado con el malabarismo de sombreros fue Paul Cinquevalli, que no conforme con hacer malabares con cinco sombreros, les asoció ad infinitum combinaciones con otros objetos. Así colocaba un sombrero, una moneda y un puro sobre un paraguas. Con un impulso, lanzaba el paraguas por el aire y recuperaba el sombrero sobre su cabeza, el puro en su boca y la moneda se colocaba sobre su ojo como si fuera un monóculo.
Los payasos utilizaron a menudo sombreros cónicos, de fieltro, que apilaban los unos sobre los otros o que se lanzaban mutuamente. En los años 1930, King Repp utilizó sombreros de mimbre como bumeranes. A principios del siglo XX, Paul La Croix inventó un número de “rebote de sombrero”, que garantizó la celebridad de Bela Kremo y su hijo Kris. El ejercicio se realizaba con un sombrero de copa lanzado en dirección al artista. En lugar de recuperarlo poniéndoselo en la cabeza, el malabarista le daba con su frente un impulso que lo hacía girar en el aire. Cuando el sombrero volvía a su altura, el artista elegía recuperarlo o volver a hacerlo girar de la misma forma y esto, hasta cinco o seis veces.

Formas particulares

El antipodismo es una forma de manipulación con los pies. El artista se acuesta sobre la espalda, en el suelo, sobre una alfombra o a veces sobre una silla especial llamada Tranka Hispaniola, “Trinka” o “Cochinette” 1. Este tipo de malabarismo se inspiró de la técnica de los juegos icarios, Risley act2, en inglés, que se practicaba con volatineros humanos y no con objetos.

A fines del siglo XIX y a principios del siglo XX, la familia Kremo practicaba a la vez el antipodismo y los juegos icarios. El primer descendiente de la familia Kremo fue el vienés Josef Kremka. Formó a sus trece hijos en esta doble disciplina, de la que su hijo Karl perpetuaría la tradición. Bela, el hijo de Karl, debutó como acróbata en el número familiar antes de convertirse en un malabarista solista virtuoso. Su primer espectáculo tuvo lugar en 1933 en Aalborg, al norte de Dinamarca.
Cuando se asocia un número de equilibrio con la manipulación de una bola o de un plato y con el lanzamiento de objetos, se habla generalmente de combinación. Si todos los objetos de la combinación se encuentran en equilibrio, se habla entonces de un acto de “estatua”, a la cual hace pensar la posición perfectamente inmóvil del artista, en una situación precaria. 

1. NdlA.: Esta silla, que coloca al artista en una posición que facilita la manipulación, fue inventada en 1843, por el norteamericano M. Devious.
2. NdlA.: del nombre del noretamericano Richard Risley Carlisle (1814 - 1874), también conocido bajo el nombre de Profesor Risley, quien impulsó y desarrolló esta disciplina.