por Jeanne-Yvonne y Gérard Borg
“El Señor Belmont reunió un día a su esposa y a sus tres hijos en su oficina, advirtiéndoles que antes de ir al circo de los Señores Franconi, para admirar los trucos de habilidad e inteligencia de un elefante llamado Baba, era necesario hablar un poco sobre la conformación y las cualidades de este importante actor.” (en Les animaux savants, ou Exercices des chevaux de MM. Franconi, du cerf Coco, du cerf Azor, de l’éléphant Baba… [Los Animales sabios, o Ejercicios de los caballos de los Señores Franconi, del ciervo Coco, del ciervo Azor, del elefante Baba... ] por la Señora B***de V.
El hombre y el elefante
El elefante en el circo es una larga y a veces dolorosa historia de amor. La historia del circo vinculó al hombre con este animal. Este modelo, bajo presiones diversas, justificadas o no, tiende a fisurarse en nuestro mundo actual y la separación de los animales y los hombres iría hasta precipitar el final de los circos más grandes: como fue el caso con Ringling Bros. and Barnum & Bailey en los Estados Unidos en 2017 y ello aunque su manada ya había alcanzado un centenar de animales, cuando John Ringling compró en 1929, la American Corporation. En 1928, el New York Times relataba que John Ringling gastaba cada mes 1000 US$ exclusivamente para el aseo y el cuidado de sus elefantes. En mayo del 2016, la dirección del circo puso fin a la presentación de elefantes en sus espectáculos y los once últimos paquidermos partieron a una inmensa hacienda para reunirse con otros treinta – the Center for Elephants Conservation – un santuario de 90 hectáreas dedicado a ellos en Florida, para una vida feliz de retiro.
Presente sobre la tierra mucho antes que el hombre, que respeta su fuerza y su inteligencia, el elefante acompaña al hombre por sus disposiciones naturales desde hace milenios en actividades diversas, desde trabajos forestales en la India hasta episodios bélicos. Un cornaca es asociado íntimamente a cada animal, a veces durante toda su vida: esta simbiosis garantiza la confianza y por ende la ejecución de las ordenes. El más mínimo roce en esta relación es memorizado y registrado por este animal que podría llegar a esgrimir su fuerza contra una cierta impostura. Erigido como símbolo divino en el hinduismo y en el budismo, el elefante con tres cabezas y luego el elefante blanco, y por último Ganesh se convirtieron en objeto de culto y apasionan a las multitudes. Las ceremonias, desfiles y grandes fiestas de Nueva Delhi y Jaipur fueron introducidas en el circo, como fue el caso del Circo Adam Forepaugh en 1881, en el espectáculo Lalla Rookh and the departure from Dehli retomado por Barnum & Bailey en 1915, o la pantomima India en el Circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey en 1937 transformada en The Durbar and Delhi durante varias temporadas. Los grandes circos europeos, Krone, Knie, Sarrasani, Hagenbeck, Althoff, Togni, Kludsky, brindaban al público composiciones que se asemejaban, con gran profusión de trajes de lentejuelas y atuendos exóticos coloridos. En el circo trabajan esencialmente los elefantes de la India, más dóciles, casi únicamente hembras con el fin de evitar los periodos de “must” de los machos y los “tusker” – elefantes machos con grandes colmillos – que provocan a veces accidentes violentos e imprevisibles. Algunas compañías sin embargo suelen tener elefantes africanos.
De adiestramiento y de cuidados
El adiestramiento comienza alrededor de los tres años de edad cuando el pequeño elefante se encuentra al final del proceso de destete. Los cuidados cotidianos son muy importantes y favorecen el éxito del adiestramiento. Un elefante de 3 a 5 toneladas requiere en un día, más de 40kg de heno y de pasto fresco, 8 a 10 kg de zanahorias, hortalizas, manzanas, bananas y otras frutas, granulado y vitaminas. El agua absorbida debe ser de excelente calidad. Cada día los cuidados incluyen pedicura, duchas, cepillado. Los pies deben estar sanos y libres de cualquier ataque parasitario o herida, lo cual impone un suelo limpio. Este contacto con el cuidador y el domador contribuye a la seguridad y al bienestar del animal, y por ende a su confianza. El gancho frecuentemente criticado no debe lastimar: se trata de una simple herramienta de adiestramiento, en las manos de una persona benevolente que lo utiliza para guiar. La voz del domador determina el aprendizaje y la socialización del animal. El alemán, el francés, el inglés y el hindi son utilizados según el tipo de órdenes.
Recordamos al sueco Gösta Kruse en el Circo Pinder, pasando cada noche antes de tomar la ruta, a lo largo de los semirremolques para asegurarse del bienestar de los elefantes con un suave « Who is my girl ? », esperando el rugido cariñoso de Axelle, jefa de la manada. Momentos antes, en la pista, Axelle lo había levantado, sujetando su cabeza con la boca, riesgoso y excepcional ejercicio realizado previamente por Laskovski, el “domador de la casa” en los años 1950. Gösta Kruse explica en su libro Trunk Call la progresión del adiestramiento de las crías de elefante y el ABC de las órdenes simples: “avanzar, detenerse, venir hacia mí, levantar una pata, acostarse”. Sólo después de esto, se debe familiarizar al animal con el entorno exterior, y finalmente, proponerle siempre con impasibilidad, calma y atención, ejercicios más difíciles adaptados a cada animal. Gösta usó en este sentido, el carácter juguetón e intrépido de Kamalachi en lo de Bertram Mills yendo hasta exhibirlo sobre el capó de una Land Rover durante una vuelta por la ciudad.
Elefantes estrellas de la pista
Las grandes manadas de elefantes son el emblema de los espectáculos de circo en Francia desde la presentación del Circo Barnum and Bailey en 1902 con sus 19 “trompas”: la arena de la Galerie des machines de Paris los acogió para alegría del público francés. Phinéas Taylor Barnum dejó en el imaginario colectivo al gigante Jumbo, nacido en Abisinia, comprado al zoológico de Londres en 1882. El gran Fritz sería el único en viajar a Europa, pero las dificultades y los peligros constantes obligaron a la dirección a separarse de él. Old Bet, primer elefante de circo en los Estados Unidos, fue inmortalizado con una estatua en Sommers. Más adelante, otros elefantes estrella enorgullecerán a los grandes establecimientos: el muy imponente Colonel Joë, de siete toneladas, presentado por James Puydebois en el Circo Norteamericano Vargas y luego en Alemania en el Circo Krone, pero también el majestuoso King Tusk, animal sereno e impresionante debido a sus enormes colmillos. Era transportado en un largo semirremolque especialmente concebido para él, en el Circo Ringling Bros. and Barnum and Bailey en los años 1990. Los grandes domadores son verdaderas estrellas como el alemán Gunther Gebel William que dirigía con la voz una veintena de paquidermos sobre la pista del circo más gran del mundo.
La habilidad de los domadores permitió la realización de proezas con los números de báscula o batouda : el impulso de un elefante sobre la báscula dispara al artista, quien después de realizar un salto mortal aterriza sobre el lomo de otro paquidermo. Después de Gunther Gebel en los años 1960, de los húngaros Richter, payaso de plata en 1974, de Alexis Grüss y Mary en 1982, el mismo ejercicio fue ejecutado por la compañía de René Cassely y consiguió en 2012 un payaso de oro en el Festival de Montecarlo. La ciencia de los domadores les confiere a los elefantes una movilidad y una soltura casi natural que les permiten a los jóvenes acróbatas de la familia lograr una presentación perfecta. En 1977, Franco Knie en la batuda y su hermano Louis con sus tres tigres jinetes montados sobre elefantes fueron las estrellas del 4º Festival de Montecarlo. Su padre Rolph había amaestrado al gigantesco Siam que compartía el protagónico con Yoyo, en la película epónima realizada en 1965 por Pierre Etaix. El gran Siam sería luego la estrella del zoológico de Paris. Embalsamado, se encuentra actualmente en la Galería de la Evolución del Museum del Jardin des Plantes. ¿El siglo XXI conocerá la desaparición de los elefantes en el circo, reemplazados por ejemplo, por monstruos de acero que funcionarán mediante un mecanismo eficiente, respondiendo a órdenes digitales, como el elefante de la Compañía Royal de Luxe en Nantes?