Los animales marinos

por Pascal Jacob

Cuando en 1848 un pescadero de Hamburgo recibió tres focas vivas junto con su cargamento habitual de pescado fresco, nada permitía suponer entonces que una etapa determinante sería alcanzada muy pronto en la historia del cautiverio y del adiestramiento. Carl Hagenbeck decidió exhibir sus tres nuevos pensionistas en un estanque de madera, tendió un lienzo pintado frente a su mostrador y exigía un penique para descubrir tres criaturas, a la vez conocidas y asombrosas. Muy rápidamente el éxito de esta presentación improvisada lo incitó a hacer un balance de sus cuentas y a intentar un nuevo tipo de comercio.

 

Esta anécdota es interesante por lo que revela del azar en la continuidad de los hechos: un vendedor de pescado de Revel en Haute-Garonne recibió en 1881 por parte de uno de sus abastecedores rusos una…¡foca viva! El animal fue rápidamente amaestrado y el hábil comerciante se convirtió en el domador Raziscoff, que maravilló las veladas de los circos y de los Music halls con su foca sabia para la cual inventó un triciclo patentado, cuya propulsión estaba asegurada por un pequeño perro mientras que su pensionario marino yacía, lánguido sobre una plataforma…

 

 

Animales de excepción

El espectro de “animales marinos” es amplio: incluye a los lobos marinos de California y de la Patagonia, las focas, morsas, pero también por extensión los pingüinos y los delfines. Estos animales singulares integran la extensa cohorte de criaturas vivas que alimentan las fantasías y las ambiciones de los domadores y la curiosidad del público. Una foca jineta, montada sobre una plataforma, fijada sobre el lomo de un poni maravilló al público del Circo Fernando en los años 1880 y esta presentación muy sencilla abrió la vía a numerosas evoluciones en el ámbito del adiestramiento. Un antiguo acróbata, Armand Guerre, recogió a un grupo de lobos marinos en 1936 y resultó ser uno de los mejores adiestradores del siglo XX, en particular con uno de sus animales fetiche, Oscar, que presentó en todas las pistas de Europa durante 22 años. Oscar era muy vivaz, de un tamaño inhabitual y respondía a la más mínima solicitación de su domador con una bonhomía fascinante.

 

 

Se trata de un ámbito donde se encuentran a veces animales que podríamos calificar como “sujetos” y el caso de Adolf el lobo marino de Patagonia, del joven domador suizo Roby Gasser, es el mejor ejemplo de ello. El animal, enorme, parecía ser un compañero perfectamente autónomo y demostrar una “inteligencia escénica” fuera de lo común. A pesar de su tamaño impresionante, era capaz de realizar movimientos con un vigor sorprendente y ponía sobre todo de manifiesto, una capacidad extraordinaria de anticipación de las intenciones de su domador. Este lobo marino era particularmente excepcional, pero estos animales son en general capaces de aprender y memorizar numerosas órdenes y dan prueba de una habilidad desconcertante para manipular objetos de todo tamaño así como para dominar equilibrios complejos apoyándose sobre sus aletas.

 

 

El adiestramiento de lobos marinos depende de la buena voluntad de los animales, la paciencia del domador, de las recompensas regulares bajo forma de pescadillos y de presentaciones cortas para no agotar a los animales. A la inversa de las focas, los lobos marinos utilizan sus aletas para propulsarse en el suelo, simular aplausos y, como Adolf era capaz de hacerlo, dar fuertes empujones a su domador.

 

Juegos de agua

Para asociar el elemento natural de estos animales a su presentación sobre la pista y rendir, sin duda, homenaje a su habilidad ejemplar dentro del agua, algunos circos estables como el Blackpool Tower Circus o el Nuevo Circo de Moscú, provistos de una piscina disimulada bajo el suelo de la pista, aprovecharon este equipamiento espectacular para transformar este número tradicional en una atracción inédita y muy apreciada por su público. La domadora norteamericana Bárbara Morris presentó sus lobos marinos en el estanque de Blackpool presentando durante el plazo de su contrato sus zambullidas y emersiones del agua, atravesando aros tendidos a punta de brazos.

 

 

La piscina del Nuevo Circo de Moscú permitió presentar en 2011 una de las muy pocas morsas amaestradas de la historia del circo. El animal inmenso realizaba algunos trucos en medio de fuentes que adornaban su presentación, pero impresionaba sobre todo al público por su tamaño más que por su destreza o su habilidad. En esta misma categoría de animales inusitados, los delfines ocupan un lugar especial. Más acostumbrados a los parques de atracciones, estos animales son considerados como muy difíciles de transportar. Existe sin embargo un ejemplo de delfinario itinerante, iniciado por el productor ucraniano Nykolaï Kobzov donde un sistema sofisticado de purificación del agua propicia a algunos delfines un entorno limitado y al público una zona de presentación inédita para descubrir la elegancia de estos bellos mamíferos. Sin caer en la tentación de los delfines y en la complejidad de sus condiciones de cautiverio, el Circo Knie diseñó también un dispositivo itinerante, un estanque desmontable del tamaño de la pista, para presentar a sus lobos marinos amaestrados en menos de un metro de agua, un estanque donde los animales son capaces de demostrar su habilidad para zambullirse con una facilidad asombrosa. Vicky y Hans Pedersen, quienes agregan a la presentación de sus lobos marinos algunos pequeños pingüinos, Teddy Lorent, Nadia Gasser, Roland y Petra Duss, como también anteriormente Hella Deckers o Barbara Morris, representan varias generaciones de domadores fascinados por la apariencia extraña de estos animales ahusados, negros y resplandecientes cuyas impresionantes cualidades de comprensión e interacción atizan la curiosidad del público.