por Jean-Bernard Bonange y Bertil Sylvander
Los payasos de intervención social aparecieron a finales del siglo XX, como un resurgimiento moderno de una variedad de personajes cómicos, desfasados, que han ocupado de manera regular, un lugar particular en las sociedades humanas, en un marco que no es ni el de la pista, ni tampoco el de la escena.
Es esa misma posición que ocupan los payasos de intervención social cuyas cortas intervenciones puntúan congresos, coloquios y otras reuniones profesionales. La función de animador del “payaso de intervención social” es la cara visible de una función oculta: la de poner en juego las problemáticas y las contradicciones presentes en una situación social. Temáticas relativas a los valores humanos, el sufrimiento en el trabajo, los conflictos, la rentabilidad… Proveniente de la periferia, el payaso irrumpe en el curso normal de la vida social. En este paréntesis provisorio, abre un espacio potencial permitiendo ver, vivir e imaginar al mundo diferentemente. En esta línea, a partir de los años 1980, los actores-clown ocupan nuevos territorios y conocen nuevos públicos.
Los “clownanalistas” de Bataclown1 actúan a partir de 1981 en los coloquios científicos, los congresos de organizaciones sociales, los seminarios de empresas y las reuniones profesionales. Se convierten en la referencia de la intervención de los payasos en la vida asociativa, el debate ciudadano, la formación profesional y también en relación al terreno del poder político, económico y social.
Clown-agitador en reunión profesional
La compañía Bataclown, creada en Toulouse por Anne-Marie Bernard, actriz, Jean-Bernard Bonange, pedagogo y especialista en expresión corporal, y Bertil Sylvander, sociólogo y músico, fue la primera en introducir, a partir de 1981, al personaje del Augusto en reuniones profesionales, creando el nombre de “clownanálisis” 2 para designar su práctica de intervención social. Asociados con Bernard Mangin – Alberto – crearon la "Société Française de Clownanalyse"2. Junto con sus habilidades de payasos improvisadores, provenientes de universos profesionales diferentes y complementarios, los clown analistas actúan en una gran diversidad de instituciones, con un número de participantes, yendo de una docena a varios millares.
Técnicas del clown-actor
Las técnicas específicas del payaso en terreno profesional se añaden a aquellas de los payasos que intervienen en otros ámbitos, en particular, el de la salud o de lo humanitario. En las prácticas del tipo clownanalyse, los actores que intervienen se encuentran presentes en la sala de reunión como simples participantes. Observan, escuchan, toman notas, luego se retiran en bastidores, para transformarse en augustos. Eligen objetos para transformarlos en accesorios, antes de resurgir en la sala para improvisar una escena en resonancia con la situación. Pueden intervenir varias veces durante la misma reunión, convirtiéndose así en un hilo conductor para los participantes.
El impacto de la intervención de los payasos reside en la fuerza de su actuación en relación a lo que está en juego en la institución. Los actores-clown deben ser capaces de captar la información pertinente sobre la situación social y sobre las personas-recursos, tejer vínculos con los actores sociales, observar sus prácticas, identificar lo que está en juego en un nivel subyacente y lo que no se dice, para poder a continuación ponerlos en escena en sus juegos escénicos improvisados.
Un doble referente
El Bataclown, elaboró una pedagogía específica destinada a desarrollar los conocimientos necesarios para intervenir con improvisaciones en situaciones sociales. El acto creativo de improvisación requiere que el participante-payaso combine en una misma actuación dos elementos:
- El trabajo de referencia que afianza la improvisación en lo concreto de la situación social a la que se está enfrentado: la disposición del espacio y del material, las funciones y las relaciones sociales, las posturas y las palabras de las personas presentes, la información recogida y los desafíos detectados… Este referente le permite al payaso entrar en contacto con la situación, en contacto con las personas de manera pertinente.
- El trabajo de resonancia que sitúa a la improvisación en lo latente de la situación social encontrada y en la emoción empática consustancial al payaso: el potencial de vida, de emoción y de sueño que logra hacer resonar en él y en torno a él como payaso. Este referente corresponde a una apertura sobre el registro de lo imaginario, ya sea de la canción o del cuento, de las historietas o del dibujo animado.
La dramatización de la realidad
En sus improvisaciones, los actores crean una representación colocando lo que está en juego en una ficción, a través de la interpretación de personajes que remiten a una situación concreta, a través de la construcción dramatúrgica de las escenas Estos roles son tratados de manera payasesca (emoción, ingenuidad, absurdo, inversiones, rupturas y “juego en el juego”). Utilizan distintas técnicas: ilustración directa de la realidad, transposición o identificación – por ejemplo, un payaso que actuará a un virus.
Todo el arte de los payasos en situación social se medirá en que sus intervenciones tengan un poder a la vez de evocación y transformación institucional para las personas implicadas. La intervención social de los payasos es pues una práctica artística a medida y transgresiva, pertinente e impertinente, en relación a un contexto profesional dado. El payaso tiende un espejo que provoca al espectador y le permite abrirse a la reflexión sobre el cambio por el vector de la risa. Condensa y torna visible en imágenes, en la acción dramática, la realidad y el mito del grupo reunido y también su potencial de evolución.
En Francia, una treintena de compañías de payasos se reunieron bajo la Fédération Optimiste du Clown d'Utilité Sociale (FOCUS-Acteurs-clowns), por iniciativa del Bataclown y el Centre de Recherche sur le Clown Contemporain, editor de la revista Culture clown.
1. Jean-Bernard Bonange y Bertil Sylvander, Les Clownanalystes du Bataclown. Miroirs révélateurs de la vie sociale, Paris, H Diffusion, 2015. Prefacio de Boris Cyrulnik.
2. Este título fue elegido como una referencia humorística a la venerable Société Française de Psychanalyse [Sociedad Francesa de Psicoanálisis].