por Thibaut Rioult
En el corazón del close-up, junto a la cartomagia y la numismagia, se extiende el ámbito incierto de la micromagia. Entre los objetos de la micromagia se pueden distinguir los objetos tomados prestados o usuales y objetos específicamente fabricados por profesionales.
Pequeños objetos y grandes ilusiones
Trozos de azúcar se teletransportan instantáneamente de una mano a la otra del operador. Dos corchos se atraviesan milagrosamente el uno al otro. Cucharas que se tuercen. Elásticos que se enlazan. Las servilletas desaparecen. ¡La moneda recubierta por un vidrio pasa a través de la mesa… a menos que sea el propio vidrio que la atraviese! El experto en micromagia moviliza todos los recursos de su arte para hacer de la cotidianeidad un espectáculo. Los grandes clásicos de la magia son revisitados en forma miniaturizada. Así el célebre truco de los aros chinos es presentado en una versión simplificada con alfileres de gancho que se traban y destraban misteriosamente. Albert Goshman (1920-1991) proponía al público una variante del truco de los cubiletes con un salero y un pimentero de los cuales aparecían monedas. Recientemente creadas, las pelotas de goma se transformaron en algunos años en un accesorio tradicional de la panoplia del mago de close-up.
Creadores y fabricantes
Durante la segunda mitad del siglo XX, al margen de los fabricantes de grandes accesorios de magia de salón, ilusionistas como Goshman se dedicaron a la concepción y a la fabricación de objetos especialmente destinados a la micromagia. El holandés Eddy Taytelbaum (1925-) diseña distintas cajas, raquetas, cáscaras para manipulación, dominós y también dados. Sus creaciones artesanales fabricadas con plástico de colores en un estilo japonés son buscadas hoy en día como objetos de colección. Los artesanos-diseñadores contemporáneos François Danis en Francia o Alan Warner (1935-) en Inglaterra privilegian el uso de madera para producir objetos de arte fabricados con diseños de símbolos egipcios o chinos. Todos estos accesorios con trucajes sutiles revelan un ingenio maravilloso.
Arte y terapia
Plebiscitada por artistas benévolos o personal hospitalario, la micromagia hizo su entrada en el hospital y en algunos programas de actividades para los niños y sus familias. Se ponen en práctica pequeños efectos improvisados realizados por medio de instrumentos del universo médico, tornados mágicos para ayudar a desdramatizar el sufrimiento y los tratamientos difíciles. De un punto de vista terapéutico, formaciones en micromagia pueden ayudar a compensar una discapacidad o acceder à un saber y un reconocimiento por medio de un trabajo sobre la habilidad, la coordinación motriz, la especialización y la capacidad de intercambio. El concepto clave de desvío de atención, o misdirection, toma entonces otro sentido, profundo, puesto que no se trata de desviar simplemente de un posible trucaje sino de una angustia o de un sufrimiento.
Animación y levitación de objetos
Un ilusionista experto consigue animar pequeños objetos sin el menor contacto físico. Tal como ocurría con los magos del Renacimiento, el artista hace mover, correr o saltar pequeñas bolas de manera inexplicable. Colocadas sobre una mesa, en un cubilete o directamente en la mano de un espectador, las nueces moscadas parecen movidas por una fuerza misteriosa. No falta más que un paso por cruzar para vencer la gravedad terrestre y provocar una forma de levitación discreta, casi íntima. Generalmente una bola o un billete arrugado se elevan entre las manos del mago de close-up. El noruego Finn Jon (1939-) , maestro en este arte, hace flotar burbujas de jabón. El mago inglés Derren Brown (1971-) prefiere tomar prestado un anillo, cargado de afecto, en lugar de un objeto impersonal como un billete. Al reactivar un recuerdo agradable vinculado al anillo, crea en torno a él una verdadera tensión que se traduce progresivamente en su animación y su levitación.