Las Cintas

 

Estrapada o strap

por Pascal Jacob

 

Resulta difícil adjudicar una fecha precisa para el uso de dos correas de cuero con fines deportivos o de entretenimiento, tan solo porque, tal como ocurre con otras disciplinas acrobáticas, es necesario imaginar un derivado de su uso cotidiano.La cinta es una transposición de las lianas, poco a poco transformadas en cuerdas, útiles para acceder a un peldaño, a una planta superior, a una rama alta y en una acepción más amplia, para izarse o cruzar una distancia. Pero las cintas podrían también haber sido inspiradas en las riendas de cuero utilizadas por los jinetes de las estepas, en particular, por los chinos, para dirigir a sus caballos.Algunas vestimentas ecuestres presentaban ornamentos hechos con cascabeles, una manera de alejar a los malos espíritus, y se han encontrado en algunas regiones de China, estos mismos pequeños objetos colgados de los enganches de las cintas, destinados allí también a darle ritmo a las secuencias de los gimnastas.
En China, en particular, en el siglo XVII bajo los Qing (1644-1912), la práctica de las cintas en un registro espectacular fue en un primer momento simbolizada por la verticalidad y por un repertorio de figuras estáticas. Esta disciplina fue incorporada por las compañías acrobáticas fundadas a partir de los años 1950 y se asemejaba más a la técnica de las anillas, para luego ir evolucionando hacia una forma autónoma con la creación de figuras inéditas.

 

 

Desde el punto de vista semántico, es interesante relacionar las cintas con “la estrapada”, una tortura antigua usada – en particular sobre los barcos – en el siglo XV que encontró un eco en el nombre de una figura de gimnasia del siglo XIX, que consistía en suspenderse por las manos a una cuerda y pasar el cuerpo entre los dos brazos totalmente abiertos. La etimología oscila entre el italiano strappata, participio pasado sustantivado del verbo strappare, “arrancar”, y el gótico strappan, “atar firmemente”. El término inglés strap, que califica hoy a la “cinta”, refuerza esta analogía manifiesta, en el caso del acto del artista de cinta Lewie West cuya última figura parece una viva ilustración de la estrapada.

 

 

Cintas o correas

por Magali Sizorn

 

Las cintas, también llamadas correas, cintas aéreas o acrobáticas, están formadas por dos cintas de fibras naturales o sintéticas, ligadas entre si y suspendidas, cuyas extremidades inferiores forman cada una, una argolla cosida que permite pasar las muñecas o los tobillos. La proximidad con los otros aparatos de fuerza resulta evidente: las cintas hacen recordar a las cuerdas lisas y paralelas (a menudo utilizadas para dúos) o las anillas, cuyo círculo de madera fue sustituido en ciertos números por estafas, correas o anillas flexibles.

 

 

Ponerse a prueba

Los primeros números de cinta serían de origen chino. Adrian, en el libro que dedica a la acrobacia aérea, hace mención a un número del Circo de Beijing presentado en Francia en 1956, en el cual distintos aparatos verticales, entre los cuales correas aéreas le permitían a los acróbatas ascensiones y caídas en rotación (Adrian, 1988, 16). Este ejercicio sería retomado y luego como siempre ocurre sobre le pista, llevado a mayor complejidad y “espectacularidad”: números en solo o dúo, cintas asociadas a otros aparatos, combinaciones de figuras estáticas y dinámicas…  

 

 

Los hermanos Valery y Yury Panteleenko le otorgaron a estos actos una escritura que se inspiraba tanto en la gimnasia como en los ballets aéreos. A partir de los años 1970, crearon, por iniciativa del instructor acrobático Vladivien Levshin, un acto en dúo que marcó la historia del circo. Su aparición en la ceremonia de cierre de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, les ofreció una exposición internacional y conocieron un gran éxito sobre las pistas del mundo entero. A la simplicidad inicial del aparato de secuencias verticales y de ejercicios de fuerza, se le añadieron la ligereza en los balanceos y movimientos ascendentes o circulares, así como un trabajo de portés que sería desarrollado más tarde por otros dúos, masculinos y femeninos (en particular con Wladimir y Olga Kurziamov en los años 1990).

No obstante, las correas son menos sinónimo de vuelo que de puesta a prueba del cuerpo, un cuerpo amarrado – cuando se trata de izarse envolviendo las cintas alrededor de los brazos –, agotado, con los músculos tetanizados.
Las técnicas del cuerpo desde este punto de vista se asemejan a las de los anillistas. Por otra parte, los elementos de fuerza son idénticos en los gimnasios y en la pista, desde los aros de madera a las correas de tela: la cruz de hierro, la plancha hacia delante o hacia atrás, los equilibrios…

 

Circular

Broche de oro de los números clásicos, la caída realizando rotaciones, consiste en una llegada a ras del suelo impresionante. Vaivén, remolino, pausas en equilibrio o en fuerza, juegos de exploración de esta línea que conecta el cielo con la tierra: la circulación en el espacio es principalmente vertical y las cintas dibujando el espacio, marcan el compas como en las secuencias aéreas de Elod Trager del BurenCirque, en el corazón de la instalación de Daniel Buren en el Grand Palais para Monumenta 2012. La circulación también es horizontal, cuando se utiliza el suelo, en los giros, en los desplazamientos en desequilibrio, o cuando el acróbata dibuja grandes círculos a mayor o menor altura, suspendido por las cintas por encima del suelo. Kasper Holm, quien era aún estudiante del CNAC (2011), realizó su acto a ras del suelo bajo una estructura a la cual estaban amarradas varias correas. Los juegos con el espacio se vieron entonces multiplicados, cuando los aparatos trabajados en forma distinta se convirtieron en volumen, marco, arquitectura.

 

 

En  Le Cri du caméléon (1995), espectáculo de egresados de la 7a promoción del CNAC puesto en escena por Josef Nadj, se enrolla y se eleva en las cintas un personaje que recuerda a los forzudos de los espectáculos de antaño, Zampano, rompiendo y desatando cadenas que él mismo había amarrado. Circula así, enuniversos distintos y entre figuras creadas o sugeridas por la presencia casi anacrónica de este ejercicio.