El payaso y la actuación

por Philippe Goudard

El público y los profesionales lo saben: el arte de los payasos reside principalmente en una presencia, en un estado particular. Lo importante no es lo que hacen, sino como lo hacen. Pero al igual que cualquier artista cómico que tiene por objetivo la producción voluntaria y controlada de la risa en sus espectadores para generar un placer compartido, el payaso ejerce un oficio que mezcla capacidades técnicas y arte de la composición. ¿Cuáles son esas habilidades?

Habilidades técnicas

Actores
Los payasos son actores y actrices especializados que dominan las habilidades comunes a los profesionales del espectáculo en vivo, cuyas capacidades corporales son gestuales, vocales y cognoscitivas. Estas les permiten realizar improvisaciones e interactuar con sus socios y el público. ¡Ser payaso requiere cualidades de resistencia, de paciencia y de amor por el trabajo para organizar, virtuosamente, el desorden! Poder ejercer tarde en la vida es un mérito, ya que la experiencia aumenta el sentido del humor!
 
Homo ludens
La aptitud al juego – en el sentido de actividad de entretenimiento – es esencial para el payaso. Para que la risa pueda existir, conviene tener un humor del juego cercano al de la infancia. El deseo de convocar un placer lúdico y alegre es previo al acto creativo y a la interpretación payasesca. Tienen un enemigo: la inhibición, que el actor se encarga de expulsar a través de una preparación adaptada.

 

 

Gesto
La expresión corporal del payaso es el elemento principal de su actuación y el soporte de su arte. Su dominio gestual es completado generalmente por habilidades especiales en acrobacia, danza, malabarismo, música, y por qué no, en adiestramiento.
 
Palabra
El lenguaje corporal no excluye la palabra, presente según los estilos, las obras y el contexto cultural. El dominio de varios idiomas es corriente entre los payasos. Un idioma inventado como es el “refunfuño” puede utilizarse por su potencial cómico y transcultural.
 
Capacidades cognitivas 
Las capacidades cognitivas generan una interacción entre la memoria, las acciones físicas, las percepciones y la expresión. Es a través de ellas que se construyen las interacciones con los espectadores y socios, con los objetos y el espacio. Los payasos son virtuosos en estos ámbitos. Gracias a ellas los matices de la actuación son infinitos y marcan la singularidad del personaje. Movilizar todas sus capacidades exige un entrenamiento específico y a largo plazo.
 
Interacción 
La interacción es permanente entre los espectadores y el payaso a quien la actuación transforma verdaderamente en socios. Es por este motivo que el trabajo de adaptación de un espectáculo continúa más allá de la primera representación, por ajustes sucesivos, resultantes de los intercambios con el público. Esta aptitud es muy específica de la disciplina.
 
Ritmo
Entre los actores o actrices, los payasos vendrían a ser como los especialistas de la rítmica entre los músicos. Los elementos rítmicos de su actuación, estudiados tan minuciosamente como para una interpretación musical, son característicos del estilo de un o una payaso/a: esta será muy lenta al hablar, con su fraseo y con sus gestos; otro ultra rápido. La organización rítmica de los acontecimientos participa en el desencadenamiento de la risa.

 

 

Procesos de creación

Desequilibro comportamental
Como otros artistas y especialmente los del circo, los payasos juegan con el equilibrio y se colocan voluntariamente en desequilibrio gestual y comportamental para sacar a la luz sus extrañas figuras. Alejarse de los referentes socioculturales como la norma social o el decoro, parece ser la fuente de los juegos, de la inspiración payasesca y del surgimiento de la risa.
 
Transgresiones
El arte de los payasos es hacer surgir, por medio de su actuación y de las situaciones que proponen, lo fuera de serie, lo extraordinario, lo imprevisto, lo singular, lo inapropiado, lo excéntrico. Esta es la razón por la que sus obras son por esencia transgresivas, iconoclastas y subversivas.  
 
Procesos de creación
Si bien un payaso puede retomar total o parcialmente un número existente o también interpretar un guión del cual no es el autor, la creación del payaso es generalmente original combinando las funciones y capacidades del autor, del director y del intérprete. 

La creación de los elementos que constituirán la materia del espectáculo tiene lugar por medio de improvisaciones progresivamente estructuradas, a veces frente al público. De la actuación a la intención, del boceto a la composición y a la interpretación, la escritura se va definiendo.
 
Organizar el desorden
El desequilibrio y el fracaso son poderosas herramientas dramatúrgicas para los payasos. El “fiasco” es un motor de comicidad de los payasos, que fracasan en aquello que nosotros conseguimos fácilmente y triunfan en lo que fallamos habitualmente. Con una ineficacia productiva, transgreden las normas de la lógica y organizan el desorden. Son los genios de un mundo al revés, donde el reverso de la existencia se burla de la angustia frente a la muerte.

 

 

Clownografía

Los payasos, lo notamos, practican un arte más sofisticado y complejo del que se acostumbra considerar. Pero no es motivo de ofensa para ellos, seguramente porque aparecer como idiotas lo consideran un cumplido supremo. El oficio de payaso es artesanal por sus técnicas y artístico por sus objetivos estéticos. Los payasos son artistas autores-intérpretes: “clownografos”.

Entrevista