Cautiverio y exhibición
Desde tiempos inmemoriales, el hombre no ha dejado de cuestionar su relación con el mundo y con los seres que lo pueblan. Pintar animales sobre las paredes de las cavernas, esculpirlos en arcilla o en piedra fue seguramente el primer medio para apropiárselos, para capturarlos y adueñárselos.
Amaestrar y domar
El animal es generalmente mantenido cautivo para cumplir con los servicios que le brinda al hombre. Más allá de la ganadería o de los animales de tracción, el adiestramiento con fines de entretenimiento y espectáculo se combina muy rápidamente con las prácticas saltimbanquis y abre una nueva vía a la domesticación de la fauna salvaje.
Compañeros
Si bien el caballo se impone como el primer compañero de los pioneros del circo moderno, muy rápidamente asnos, cabras, perros, cerdos, ratas y aves de corral se asocian a los saltimbanquis para componer pequeños sainetes paródicos, donde demuestran sus capacidades de aprendizaje en materia de equilibrio, de saltos o flexibilidad. Estos animales inofensivos serán los primeros compañeros de los payasos.
Caballos montados
La equitación académica no nació con el circo, pero su integración a la pista, por iniciativa, en particular, de Laurent Franconi y François Baucher, la propulsó rápidamente al rango de las disciplinas principales del repertorio ecuestre. Considerada como alta escuela, pretexto para múltiples variaciones con música y trajes, esta otra forma de virtuosismo se convirtió en una disciplina independiente.
Ménageries
El deseo de comprender y nombrar las maravillas del mundo motivó desde la Antigüedad la creación de colecciones de animales vivos, preludio de los zoológicos principescos y reales que se desarrollaron en el siglo XVIII. La expansión del comercio de la fauna salvaje permitió a numerosos feriantes lanzarse en la exposición ambulante de creaturas exóticas y favorecer así, la creación de los circos-zoológicos.
Fieras
El adiestramiento de las fieras ejerce una fascinación inmediata sobre el público de las primeras representaciones, donde un domador se enfrenta con leones, tigres y panteras en un espacio cerrado. La potencia de la selva o de la Sabana se expresa en una confrontación brutal, pero ésta no dejará de evolucionar para crear la ilusión de una complicidad entre el hombre y sus animales en el siglo XX.
Exóticos
De la pulga al elefante, del lobo marino al tigre, y también de la liebre al canguro o del chimpancé a las abejas, casi todos los animales de la creación han sido domados y presentados sobre la pista del circo a través del mundo entre el final del siglo XIX y la segunda mitad del siglo siguiente.
Dramaturgia
A partir del final del siglo XIX, salas de un nuevo tipo presentan pantomimas con estilo militar, a la gloria de los vencedores o héroes y heroínas que marcaron la historia. Entre 1830 y 1860, la cercanía con los primeros animales exóticos inspira a los autores de pantomimas a la creación de obras de circo inéditas en las cuales los domadores y sus animales son los protagonistas. Como pretexto para la creación de suntuosos cuadros vivos, estos espectáculos integran las fieras a la trama teatral cuando la jaula central, inventada en 1881, aún no existía.
Cultos y culturas
La presencia del animal en el corazón de numerosas civilizaciones contribuye a reavivar el imaginario de los pueblos que lo celebran y lo incluyen en los mitos y leyendas. La jaula central, en particular, es el crisol donde se personifican las figuras tutelares de Orfeo, Circe, Androcles, y Mowgli. El domador en medio de los animales salvajes fascina a la muchedumbre y contribuye a forjar un nuevo imaginario en Occidente.
Mutaciones
El adiestramiento consiste a menudo en una simple confrontación entre el animal y su domador, pero sugiere también un trasfondo simbólicos que se expresa en creaciones contemporáneas donde el animal, exótico o domestico, amaestrado y cómplice, se convierte en un verdadero protagonista de la obra presentada.
Animalidades
El hombre imitó a los animales para crear un primer repertorio acrobático y forjó un imaginario a partir de la fuerza, la rapidez o la agilidad de las presas que deseaba. Sus capacidades físicas le brindaron un parentesco simbólico con las fieras o los pájaros y lo incitaron a incluir una parte de animalidad asumida en numerosas creaciones. Fue así que se desarrolló un vocabulario corporal singular.