Una gloria discreta: Rosa Bouglione

por Marika Maymard

Todos aquellos que tuvieron la oportunidad de relacionarse con ella, artistas, empleados, socios del Cirque d'Hiver, y otros testigos de este prestigioso microcosmos, la llamaron a través de los años: Madame Rosa.

Era la esposa del director y patriarca Joseph Bouglione, el Sr. Joseph. Pero curiosamente, a medida que se aproximaba y luego cuando superó los cien años de edad, simplemente se la llamaba Rosa Bouglione, como si su aura y su presencia majestuosa, benevolente y alegre a la vez, fueran suficientes para cubrir su nombre de un respeto inquebrantable.

Rosalie Van Been nació en Ixelles, Bélgica, el 21 de diciembre de 1910, en el zoológico feriante de su padre, Jules Van Been (1887-1930) casado con la acróbata italiana Ambroglia Carolina Gina Pinitente (1889-1974). Vivía en una caravana “de viaje”, diariamente en contacto con los animales que amaestraba. De adolescente, rebautizada Miss Holga, giraba vestida de blanco entre las fieras en la jaula-teatro del establecimiento familiar, adaptando al circo por primera vez, la Danse Serpentine creada por Loie Fuller en 1900. En las ferias, las familias de banquistas se codeaban, se observaban mutuamente y hacían negocios juntos.

El joven Joseph Bouglione (1904-1987), hijo de Sampion I (1875-1941), cuya familia también dirigía un zoológico feriante, “La Fosse aux lions”, se fijó muy rápidamente en la joven Rosa. Tuvieron que esperar hasta el decimoctavo cumpleaños de la niña para comprometerse, luego casarse, en la iglesia Saint-Jude de Béziers, el 4 de enero de 1928. En la foto de la contraportada del Petit Journal Illustré del 22 de enero, la novia aparece junto a su flamante marido con un vestido de cola inmaculado, para la bendición, en la jaula de leones del Estadio itinerante Buffalo Bill de los cuatro hermanos Bouglione. El canónigo Giniez, cauteloso, los bendijo a través de las rejas.

Dio a luz a siete hijos, formando la quinta generación de la dinastía Bouglione, iniciada en 1782 con el nacimiento de Michel Boglione, Sampion III (1938-), Emilien, conocido como Julot, (1934-) Alexandrine, conocida como Sandrine II (1936-), Firmin II (1932), Odette (1929-), Josette (1930-) Joseph conocido como Zézé, (1942-), todos crecieron en el universo del circo, repartiéndose las especialidades de la pista. Imprimieron sus nombres en los programas de los circos familiares o asociados y se casaron con los hijos de las familias circenses francesas o extranjeras al igual que sus hijos. Viuda de Joseph desde agosto de 1987, se convirtió en la matriarca del circo, presidió con majestuosidad el destino del Cirque d'Hiver-Bouglione y veló sobre tres generaciones de Bouglione y familias asociadas, con una atención colmada de innegable serenidad. Cuando alcanzó el siglo de edad, rompió finalmente con  la prohibición del patriarca, su marido, que protegía por medio del secreto la historia de la familia, y tomó de sus cuadernillos de jovencita, ennegrecidos a lo largo de las giras, el material de un libro que cuenta sus recuerdos de banquista: Un mariage dans la cage aux lions [Ediciones Michel Lafon, 2011].

Gloria discreta, fue una testigo muy involucrada en los eventos internos y externos del Cirque d'Hiver. La familia y los artistas que la rodeaban atravesaron la Segunda Guerra Mundial resistiendo a su manera a los ocupantes nazis. Empresarios del espectáculo, abiertos a la evolución del sector, Los Bouglione promovieron la realización de proyectos que denominaron operetas circenses como La Perle du Bengale, una versión de Blancanieves o Robin Hood animada por los payasos Alex y Zavatta. En 1956, recibieron a Burt Lancaster, Tony Curtis y Gina Lollobrigida con los equipos de la película Trapeze [Carol Reed, 1956], el rodaje de El día que el payaso lloró [The Day the Clown Cried] dirigida e interpretada por Jerry Lewis pero no difundida. Siempre en su palco frente a la pista, Rosa Bouglione no se perdió ni una sola secuencia de la Piste aux Étoiles, ni de la Gala de la Piste o de la Gala de l'Union des Artistes, ni una representación del Festival mondial du cirque de demain, desde la 11ª edición (1985) hasta la 26ª (2005).

A los 107 años y medio, el 26 de agosto de 2018, veinte años después de la muerte de su esposo José, fallece Rosa Bouglione, legendaria figura dinástica, cuya desaparición contribuye sin lugar a duda a culminar una etapa en la historia de un circo rico en contradicciones, impregnado de convenciones e ideales, tradiciones e innovaciones, un crisol de destinos humanos y carreras artísticas, que se formaron bajo la mirada maliciosa de Madame Rosa.