Buffalo Bill y el Wild West Show

por Jeanne-Yvonne y Gérard Borg

William Frederick Cody, nacido en 1846 en una choza de Iowa, obtuvo su seudónimo “Buffalo Bill” matando cada día a una docena de bisontes para alimentar a los obreros de la Kansas Pacific Railroad en los llanos del Oeste. Cazó más de 3 000 bisontes en 8 meses. Luego, durante 12 años, designado explorador para el General Sheridan del 5o regimiento de caballería, tenía como función transportar comunicados urgentes hacia regiones hostiles, cabalgando 464 kilómetros en menos de sesenta horas.

Su leyenda nació bajo la pluma de Ned Buntline que puso en escena en Nueva York en 1872 una obra titulada Buffalo Bill, El Rey de la Frontera. El autor lo convence de dejar el ejército para debutar en una carrera teatral que comenzaría en Chicago en junio de 1873 con Los Exploradores de la pradera. Buffalo Bill tomó conciencia del interés del público por el Oeste salvaje y reunió a una compañía de indios y vaqueros: la Compañía Buffalo Bill Combination que actuaba en los escenarios en invierno, mientras que Cody proseguía sus actividades de explorador o dirigiendo cacerías en primavera y verano. El género western había nacido.

Mientras que P. T. Barnum había creado espectáculos que ponían en escena la vida de los Indios, Cody organizó para la fiesta nacional del 4 de julio de 1882, en North Plate, una reunión de 1 000 vaqueros e imaginó el Wild West Show. El estreno tuvo lugar el 17 de mayo de 1883 frente a 8 000 espectadores que aplaudían el desfile, el ataque a la diligencia de Deadwood y los ejercicios de tiro al blanco y de rodeo. Nate Salsbury, nuevo asociado y financista, y John Burke, brillante agente de prensa, organizaron una primera gira de verano que comenzaba en Chicago en 1884 por un costo de 100 000 dólares. Cody presenta el espectáculo El Salvaje Oeste de Buffalo Bill en 40 ciudades de los Estados Unidos y de Canadá. Obtiene el respaldo del jefe indio Sitting Bull durante algunos meses y de Annie Oakley, francotiradora de élite, durante varios años. El show se encontraba en su apogeo.

Invitado para el Jubileo de Oro de la Reina Victoria, Cody y el Wild West  embarcan en dirección a  Londres en el “State of Nebraska” en marzo de 1887. El enorme éxito frente a los Reyes europeos  le otorgó una dimensión internacional de Embajador del Nuevo Mundo. En Nueva York, Nate Salsbury le propuso a Cody un viaje a París para la Exposición Universal de 1889 prevista para celebrar el centenario de la Revolución, acontecimiento sublimado por la inauguración de la Torre Eiffel. Nate partió en enero de 1889 como prospector con dos carros llenos de inmensos carteles que cubrieron las paredes de París. La ciudad descubrió el retrato de Cody en el centro de una silueta de bisonte al galope, con el impactante lema: “Aquí vengo”.

El 27 de abril de 1889 el SS. Persian Monarch zarpa de Nueva York bajo una lluvia torrencial. Los bisontes y los caballos fueron subidos a bordo, cubiertos con toldos. El Comandante Bristow anota sobre el diario de a bordo los nombres de los pasajeros: 12 administradores, 6 mujeres artistas entre las cuales Annie Oackley y Lilian Smith, su rival, 15 músicos y su jefe William Sweeney, fiel hasta la gira final, Buck Taylor quien dirigía los 31 vaqueros, Red Shirt y sus 103 indios, 5 squaws y 5 niños sioux y también 3 tramperos canadienses, 7 vaqueros mexicanos, 29 intérpretes, empleados y montadores. La travesía se caracterizó por una violenta tormenta que atemorizó a los indios. Vía el puerto de El Havre, el Wild West llegó a París en un tren especial. Solo contaba con una semana para instalar en Neuilly, sobre un inmenso terreno alquilado a precio de oro, una arena rectangular, las gradas, los establos, los campamentos y los teepees. En cada representación, dos veces al día, 15 000 espectadores vivencian el Oeste norteamericano.

La Journée parisienne describe en su edición del 20 de julio al espectáculo: “Gran desfile de la compañía y de los Pieles rojas, bajo la dirección del Coronel Cody, hazañas con la carabina de la Srta. Oackley, la compañía de 200 caballos y ponis, los 20 bisontes, el ataque a la diligencia de Deadwood tirada por 6 mulas, una batalla entre tribus indias, el ataque a una casa de Settlers”. La flor y nata de París, entre los cuales Sadi Carnot, Edison, Gauguin, Munch o Rosa Bonheur visita a los vaqueros y a los indios. Rosa entabla una amistad con Cody y realiza su famoso retrato a caballo. La gira continuó durante  más de tres años a través de toda Europa. Cody fue invitado al Vaticano por el papa León XIII. Los indios, luciendo sus trajes tradicionales, paseaban en góndola por Venecia.

Dejando a su compañía para la invernada de 1890 en Benfield cerca de Estrasburgo, Cody regresa a los Estados Unidos. El explorador, que tanto combatió a los indios, se convirtió en su protector. Intentó reunirse con Sitting Bull para convencerlo de deponer las armas ante los ejércitos del General Miles. Pero Cody falla, Sitting Bull es asesinado y los indios rebeldes exterminados en Wounded Knee el 29 de diciembre de 1890. Cody regresa a Europa con algunos jefes indios supervivientes y retoma la gira triunfal. Con Nate Salsbury, el hombre a caballo crea en 1892 Le Congrès mondial des cavaliers sauvages, aumentando el espectáculo con las prestaciones de jinetes provenientes de todo el mundo: cosacos, mexicanos, árabes, japoneses, ulanos prusianos, lanceros británicos o zuavos… De regreso a los Estados Unidos, se asocia  con James Bailey que reorganiza la logística del Wild West a partir  del modelo del Barnum and Bailey Circus. Inicia una verdadera estrategia para las giras norteamericanas y europeas de los dos espectáculos más formidables del mundo, donde la publicidad caracterizada en particular, por una cantidad de carteles desproporcionada y una producción a gran escala de “productos derivados”, adquiere una importancia absolutamente inédita.

La gira europea final comienza en Londres en 1902. En 1905, Francia presenta los ingresos más fabulosos, en particular, en París. El campamento se instala en  Champ de Mars, a medio camino entre la Galería de las Máquinas y la Torre Eiffel. Se podía visitar también el Side Show que presentaba varios “fenómenos”, en la carpa Barnum.

La logística era impresionante y los transportes de ciudad a ciudad se hacían por medio de cuatro trenes especiales; los vagones construidos por James Bailey para la gira del Barnum and Bailey Circus en 1902, fueron transformados para el Wild West. Formaban parte del viaje 800 caballos, 10 inmensas carpas y una arena rectangular con una capacidad de 20 000 espectadores iluminada por el “Hada electricidad”, los refectorios y la cocina. “Una ciudad por día” era la norma. Fueron visitadas 110 ciudades en 1905. La temporada acabó en Marsella en noviembre para la invernada. El Wild West Show volvió a las rutas  en marzo de 1906 para una gran gira europea después de Toulon, Draguignan y Niza.

 

Y el show regresó a los Estados Unidos, donde James Bailey murió y donde los negocios periclitaron. Varias asociaciones desafortunadas y el desinterés del público por un modelo avejentado y sustituido por el cine, lo llevaron a la bancarrota en julio de 1913. Todo fue rematado, incluso el caballo del Coronel Cody. El gran jinete actuaba con un carruaje en el Sells-Floto Circus de 1913 a 1915, luego en lo de los hermanos Miller en el 101 Ranch West en 1916. Falleció de una pulmonía en Denver el 10 de enero de 1917. El país entero estaba conmocionado y una muchedumbre inmensa participó del entierro nacional. Con él se apaga la epopeya del Oeste salvaje. El mito permanece.

 

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