Las bases técnicas

por Denis Hauw

Las técnicas acrobáticas de suelo corresponden a acciones que reúnen, de manera original, sinergias musculares, sensaciones, emociones e intenciones, es decir, experiencias singulares asociadas a conocimientos técnicos. Estas técnicas son expresiones de interacciones entre el hombre y su entorno: en este contexto, un acróbata y lo que ofrece la acrobacia de suelo pueden parecer minimalistas, si se los compara, por ejemplo, con lo que ofrece un trampolín, gracias a la elasticidad de la lona, o el esquí acrobático, con los trampolines de nieve que facilitan las piruetas. El “suelo” ofrece posibilidades acrobáticas relativamente limitadas (aunque los practicables o soportes sean cada vez más elásticos) y los acróbatas deben utilizar una multitud de habilidades para poder generar las acrobacias.

Se pueden resumir las características de esta situación de interacción acróbata/suelo a través de:
a) una posibilidad de altura durante la fase de vuelo más bien reducida en comparación con las otras situaciones acrobáticas;
b) la obligación de utilizar dos principios biomecánicos fundamentales para iniciar rotaciones aéreas: la transferencia del momento cinético y la excentración de los impulsos del centro de gravedad;
c) percepciones limitadas por leves diferenciales de tiempos de apoyo/fases de vuelo comparativamente a otras prácticas acrobáticas;
d) una organización de la actividad global que deja poco margen para series compuestas por unidades sucesivas de acciones, teniendo en  cuenta el tiempo disponible limitado de la fase de vuelo.

De este punto de vista, las bases técnicas de la acrobacia de suelo tienen por finalidad tornar esta interacción favorable para la realización de figuras acrobáticas complejas, elaboradas o creativas. También pueden ser utilizadas en otro tipo de situaciones acrobáticas si consideramos que constituyen una clase de propedéutica de la actividad acrobática en general. Desde este punto de vista, las “bases técnicas” deben ser consideradas como el conjunto de las acciones que liberan la actividad acrobática de suelo. Proporcionan las claves para viabilizar la interacción acróbata/situación, es decir, permitiendo el aprendizaje de figuras acrobáticas complejas con total seguridad y en función de las normas de ejecución que rigen su realización.

Las bases técnicas de la acrobacia de suelo pueden dividirse en tres campos de interacción que presentan cada uno sus propias características: las vueltas libres, las inversiones y los equilibrios invertidos.

Las vueltas libres

Este campo hace referencia a la posibilidad de realizar acrobacias llamadas “fundamentales”, tales como el salto hacia adelante o hacia atrás. Las técnicas básicas se refieren a la iniciación en la vuelta aérea y su dominio. 
Para la iniciación en la vuelta, se recomiendan dos técnicas básicas.
La primera se refiere a la utilización de las fuerzas compensadas del impulso de los miembros inferiores, obtenidas asociando una ligera flexión del busto hacia el frente para los saltos adelante o bien una extensión dorsal para los saltos atrás. La segunda corresponde a la transferencia del momento cinético obtenida por el bloqueo de la velocidad del impulso durante el antesalto previo al apoyo para el impulso. En estos dos casos, las técnicas contienen elementos posturales fundamentales: el control de las deformaciones del cuerpo durante el impulso (angulación controlada en función de las situaciones), el posicionamiento de los brazos hacia la vertical en el momento de la ejecución, la orientación hacia el frente de la cabeza y de la mirada.
Para el control de la rotación, la técnica básica se asocia a una posición corporal de tipo “puck” (contracción entre los términos “pike” que significa “carpado” y “tuck” que significa “agrupado”) dejando los brazos libres de cada lado del cuerpo.
La técnica básica de dominio consiste en la posibilidad de adoptar y abandonar esta posición “puck” en el momento apropiado: es necesario saber ajustarla en función de la velocidad de rotación y la altura de elevación adquirida. Este ajuste incluye también la disociación de estas distintas acciones.
La sensación del impulso, del giro y de la recepción debe ser percibida por el acróbata y ser confirmada por el criterio de un observador exterior que identifique el salto en el momento del primer impulso, luego la aceleración para llegar a la posición para finalmente disminuir la velocidad y detenerse en la recepción.
El dominio de estas técnicas básicas permite construir saltos dobles, saltos combinados (salto con pirueta), secuencias de vueltas libres (salto-salto), o incluso saltos más originales, como los laterales.

Los equilibrios invertidos

Este campo se define por la posibilidad de realizar equilibrios invertidos en distintas situaciones. Las técnicas básicas hacen referencia a las posiciones y al mantenimiento de las mismas.
Podemos identificar tres posición invertidas básicas:
a) La extensión dinámica de una pierna libre lanzada, asociada al empuje de la otra, a partir de una posición de “zancada”; 
b) la “posición de la espalda” o desarrollo vertebral a partir de una posición en cuclillas con las manos apoyadas en el suelo; 
c) el impulso simultáneo de los dos miembros inferiores hacia el frente (como para una zambullida).
Estas posiciones demarcan sinergias musculares que movilizan distintos grados de libertad posibles para las destrezas acrobáticas. Así pues, la posición inicial de “zancada” implica la disociación de las acciones de los dos miembros inferiores; la de la “posición de la espalda” obliga al dominio del desarrollo vertebral progresivo con una colocación posterior de los miembros inferiores; y la “de impulso simultáneo de los dos miembros inferiores” implica una sinergia de extensión dorsal dinámica con una alineación anticipada de los miembros inferiores con el cuerpo.

La técnica de mantenimiento corresponde a la posibilidad de estabilizar durante un tiempo voluntariamente controlado, la posición invertida con una sensación precisa del cuerpo: apoyos manuales alineados bajo los hombros, ellos mismos alineados con los omóplatos en rotación externa, y los pies, identificados como punto de fijación, como un péndulo. En otras palabras, se trata de tener la percepción de los pies por encima del cuerpo con un alineamiento de este último, asociado a un alineamiento escapulario1, a un bloqueo pélvico en retroversión y a una movilización de las muñecas para mantener el equilibrio.

La adquisición de estas bases técnicas circunscribe un dominio de los equilibrios invertidos que permite acceder a acciones más complejas en el suelo, tales como los valses o los apoyos tensos invertidos sobre un brazo, y también a los equilibrios que se encuentran en otros contextos acrobáticos como por ejemplo, las grandes volteretas en las barras fijas o algunas pirámides estáticas en gimnasia acrobática. 

Las inversiones

Este campo se define por la posibilidad de realizar saltos con posiciones de apoyos manuales, tales como el flic-flac hacia atrás2 o la paloma. Las bases técnicas consisten en dos acciones fundamentales: 
a) la extensión/bloqueo de los miembros inferiores del cuerpo que permite generar impulsos lejos de los miembros inferiores y en consecuencia realizar y acelerar las rotaciones hacia el frente en figuras como la paloma o el flic-flac hacia adelante; 

b) el cierre/bloqueo del cuerpo (que es la acción opuesta), llamada también “corbeta”3, consistiendo en un cierre parcial y dinámico de los miembros inferiores hacia el tronco.
Se encuentra también esta acción en la rondada, que puede asociarse también a esta temática.  El dominio de estas bases técnicas también es reflejado por una disociación de las acciones de preparación de las de extensión y/o cierre del busto. Por ejemplo, distinguimos la tensión preparatoria del cuerpo, como un ligero cierre de la pelvis antes de la extensión o una extensión del cuerpo antes de la corbeta. El acróbata debe experimentar, por una parte, las tensiones musculares generadas en los glúteos y en la espalda, las sensaciones de rotación y enderezamiento asociadas para la realización de la técnica de extensión y, por otra parte, las sensaciones de enderezamiento y rotación hacia atrás del busto asociadas a una vuelta hacia el frente de los miembros inferiores para la técnica de cierre. 

Estas bases técnicas ofrecen perspectivas para el aprendizaje de secuencias de inversiones como, por ejemplo, la paloma, el flic-flac hacia adelante, la rueda y el flic-flac hacia atrás. Permiten en efecto adquirir más velocidad y realizar vueltas libres más complejas.

Para concluir, las bases técnicas de la acrobacia de suelo son indicadores de una determinada capacidad para hacer interactuar las cualidades propias del acróbata con la especificidad de la situación. Garantizan la seguridad activa de los practicantes, delimitando contenidos para acceder a los fundamentos de los distintos mundos propios de los acróbatas. 

 

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1. Alineación de los hombros.
2. Flic-flac o flip-flap, inversión hacia atrás o hacia adelante.
3. Ilustración de la corbeta, esquema…