Magia con monedas

por Thibaut Rioult

 

Poder de fascinación

Los trucos que utilizan monedas o billetes ejercen a menudo una verdadera fascinación sobre el público. El prestidigitador J. - B. Bobo (1910-1996), compilador y redactor de Modern Coin Magic (1952) – la referencia de la Numismagia – explicaba: “El dinero siempre ha fascinado a la gente, la magia con dinero es por ende doblemente fascinante”. Presentaremos aquí prioritariamente, distintos enfoques artísticos con monedas y billetes considerados como dinero. Requiriendo un material reducido y disponible, el manipulador de monedas no puede ser pillado desprevenido. Está siempre dispuesto a responder a las solicitaciones de su público y a improvisar un número. Para Bobo, la magia con monedas también se distingue por su carácter visual y fácil de seguir.

 

 

El sueño del avaro

Producir mágicamente oro o plata, idea que obsesionó las noches de los alquimistas desde la antigüedad. Hacer realidad los sueños, he aquí la tarea del mago. 

Amparado bajo un discurso pseudocientífico, Robert-Houdin (1805-1871) puso en escena su número de “cacería de monedas”. Describiendo un proceso químico conocido solo por él, recomponía monedas de 5 francos de plata a partir de “parcelas metálicas” suspendidas en la atmósfera. Tomaba entonces las monedas, y las lanzaba dentro de un sombrero prestado… antes de hacerlo desaparecer. Por último, presentaba “la lluvia de oro” haciendo aparecer monedas de oro dentro de un jarrón y billetes publicitarios trompe-l’oeil del Banco Robert-Houdin, “hasta el punto de verse obligado a recogerlos con un rastrillo”.

 

 

El alemán Compars Herrman (1816-1887) introdujo luego el truco en los Estados Unidos. Pero fue T. Nelson Downs (1867-1938), el “rey de las monedas” quien bajo el título evocador de Sueño del avaro (The Miser's Dream) – retomado del francés B. de Linski –, lo popularizó masivamente sobre los escenarios del vodevil. Fue el nacimiento de un clásico del ilusionismo.
El mago contemporáneo Jeff McBride (1959-) presenta regularmente su propia versión bajo el título El Aprendiz de brujo (The Sorcerer's Apprentice). Es un verdadero número de escena donde participa activamente un niño. Esta comedia mágica, presentada bajo la forma de un juego de imitación narra simbólicamente la iniciación de un joven mago. McBride va más allá de la simple puesta en escena de un mago con grandes poderes para transformarse en guía y transmisor.

 

Transacciones, propinas y ofrendas

De manera más prosaica, el dinero permanece para muchos artistas que trabajan en close-up a propina, el objetivo de sus representaciones. El verdadero desafío de la magia profesional es poder quedarse con el billete al final del número. Para ello, los artistas rivalizan de ingenio y astucias. Los billetes serán manchados o arruinados, volviendo más fácil su donación… Con un billete de 20 €, se harán dos de 10 €, trayendo así la idea de una posible división… Un libro de oro pondrá adrede a la vista las propinas ofrecidas por las otras mesas…
Si bien es objeto del deseo de acumulación, el dinero es ante todo un medio de transacción. El ilusionismo fantástico le devuelve su rol inicial. En el inicio de sus espectáculos Abricadabrac u Orishas, Christian Chelman (1957-) utiliza regularmente la desaparición de monedas para simbolizar la ofrenda ritual a los espíritus cuya ayuda solicita. ¡Del mismo modo, al enviar mágicamente a través del espacio-tiempo, dinero a una de las víctimas de Jack el destripador, el ilusionista belga intenta cambiar el curso de la historia… pero lo que está escrito, está escrito!

 

 

Billetes y monedas irrigan la vida diaria. McBride propone a los artistas la transformación profunda de momentos banales, como la gratificación con una propina, transformada en verdadera experiencia mágica. Así hace aparecer de la nada una cinta multicolor, pidiendo a su interlocutor que pida un deseo y luego transforma la cinta en billete de 5$, que le permitirá “acercarse de su deseo”. El dinero es reconsiderado en este caso, en su carácter de intermediario y no como finalidad en sí. Símbolo de la pura potencialidad, potencia oculta, convertidor universal, Karl Marx no dudaría en describir “el efecto mágico” (Zauberwirkung) de la moneda1. ¡Proponiendo presentarle al público la mayor ilusión jamás creada por la humanidad”, McBride… saca un billete de banco de un monedero en llamas! Forma memorable de integrar una rutina de billete rasgado-restaurado en el fondo de las reflexiones sobre la destrucción de los bosques y la necesidad de reconectar con la naturaleza. El ilusionismo deviene entonces el portavoz de una verdadera reflexión artística y social.

 

 

1. Karl Marx, Zur Kritik der politischen Ökonomie [Crítica de la economía política], 1859, liv. I, sect. 1, chap. II, 3, c.
 Lire sur Gallica en francès, traducido de la secunda edición alemana de Karl Kautsky por Laura Lafargue, V. Giard y E. Brière (Paris), 1909.